domingo, 24 de junio de 2007

Las Armas de la Libertad Parte 3

Las Armas de la Libertad Parte 3


Marzo 23 , 2007




por Sergio Antonio Graziano



“Este país, con sus instituciones, pertenece a la gente que lo habita, a sus ciudadanos.
Si en algún momento se cansan del gobierno existente, pueden ejercer su derecho constitucional de corregir sus errores o su derecho revolucionario a desmembrarlo o derrocarlo“


Abraham Lincoln, Abril 4, 1861





En “ Las Armas de la Libertad “, Partes 1 y 2, hemos visto como muchos de los más grandes pensadores y estadistas de la historia humana, así como los libros sagrados de las religiones, han mantenido siempre que el derecho a poseer armas y a la defensa propia, de familia, vecino y propiedad, son derechos naturales pre-existentes a la creación del estado y que son inalienables.
Hemos visto también como la promulgación de leyes de desarme ciudadano, ilegales e injustas, han posibilitado la persecución de opositores políticos y minorías étnicas, raciales o religiosas causando el genocidio de casi trescientos millones de ciudadanos de diferentes países en el Siglo XX. (Ver Las Armas de la Libertad Parte 1)
En esta Parte 3 de Las Armas de la Libertad hablaremos de la Constitución de los Estados Unidos, en la cual está inspirada la Constitución Argentina de 1853.


1775 Los ingleses intentan confiscar las armas de los colonos americanos en Concord y Lexington.
1776 La Revolución Americana



En el año 1775 las entonces trece colonias americanas de Inglaterra se sublevaron contra el Rey.
Los abusos de la Corona Británica y el cercenamiento de libertades habían preparado la escena, pero lo que desencadenó la Revolución Americana fue el intento fracasado del ejército inglés de confiscar las armas de los colonos en Concord y Lexington.
En 1776 los colonos americanos declararon la Independencia .
En 1783 ya la habían ganado.
Comenzaron a gobernarse bajo los Artículos de la Confederación.
Pero necesitaban algo más.
Un grupo de notables entre los que estaban James Madison, Alexander Hamilton y George Washington, se reunieron en Filadelfia y escribieron la Constitución original de Estados Unidos.
Estos tres patriotas federalistas querían crear un ejército nacional, pero patriotas anti-federalistas que incluían a Patrick Henry, Richard Henry Lee y Samuel Adams, se oponían a un ejército federal y pretendían una milicia popular armada y un Bill of Rights en la Constitución Nacional, es decir, un Estatuto de Derechos Ciudadanos Explícitos.
Este Bill of Rights , finalmente se aprobó y consta de once Enmiendas a la Constitución, entre las cuales está la Segunda Enmienda, que reconoce el Derecho Natural a poseer y portar armas como uno de los principales Derechos Humanos.
La Segunda Enmienda no otorga sino que reconoce y garantiza este derecho natural, con el que el hombre viene al mundo y que ha ejercido desde la época de las cavernas, posibilitando a la especie humana sobrevivir y conquistar el planeta.
En efecto, el derecho a portar armas y a la autodefensa constituye el principal e inalienable derecho humano, comparable con la “libertad de conciencia“.

Filósofos y analistas legales como Blackstone, John Locke y Algernon Sydney mantenían y enseñaron que el derecho natural a la defensa propia, de familia, vecino y propiedad, el derecho a las armas y a resistir la tiranía eran esenciales al ser humano y al ciudadano y estos derechos van inextricablemente unidos.
De allí derivaron también el derecho y el deber moral de resistir a los rufianes y a los tiranos y de ser necesario combatir a los primeros y derrocar a los segundos.
Así, James Madison escribió:


“Los ciudadanos de esta nación no necesitan temer a su gobierno, porque gozan de la ventaja de estar armados, ventaja que los ciudadanos americanos poseen por sobre otras naciones del mundo“


Y Thomas Jefferson:


“A ningún hombre libre le será jamás prohibido el uso de armas“


Y Algernon Sydney:


“Por la Ley de Dios y del hombre, los criminales, violadores, esclavistas, ladrones, asesinos, etc. que pudieran apropiarse de las vidas, bienes o derechos de los hombres, podrán ser resistidos y muertos, aún cuando fueran éstos una banda de villanos sirviendo a un perverso gobernante“



También James Madison y John Adams:


“Las armas en poder de ciudadanos pueden ser usadas por el individuo a discreción, en autodefensa“



Vemos que los Padres Fundadores de los Estados Unidos veían en el Ciudadano Armado la única garantía de preservación de la Libertad, la paz y la felicidad del pueblo, y se aseguraron de que éste derecho quedara claramente establecido en la Segunda Enmienda de la Constitución, donde además establecieron que todo ciudadano libre y armado formaba y forma parte de la Milicia Ciudadana, destinada a servir de contrapeso a cualquier aventura totalitaria por los detentores, abusadores y usurpadores del poder. (Ver Las Armas de la Libertad Parte 1)
Escribía Sam Adams:


“La Constitución jamás debe ser manipulada para autorizar al Congreso a prohibir a los ciudadanos que son ciudadanos pacíficos la tenencia de armas“



En la Argentina, el desinterés de los ciudadanos por la cosa pública, es decir, la administración del país y de los asuntos del estado, ha permitido que una Corporación político-empresarial-periodística de individuos corruptos se haya encaramado en el poder, estableciendo una Dictadura en los hechos, impidiendo que los otros poderes del Estado, infiltrados por individuos de la misma laya, actuén para controlar al Ejecutivo.
También los Organismos de Control y Tribunales de Cuentas han sido limitados en sus funciones o directamente eliminados.
La usurpación es casi completa, quedando sólo un puñado de legisladores, jueces y políticos opositores para enfrentar a esta gran maquinaria fascista de saqueo de los bienes y las libertades del ciudadano y de la nación.
Hemos colocado una sentencia de Abraham Lincoln en el Epígrafe de esta Nota y lo volvemos a citar aquí:


“Nuestra seguridad, nuestra libertad, depende de que preservemos la Constitución, así como nuestros padres la diseñaron para que no fuera violada.
Los ciudadanos son por derecho los dueños del Congreso y de las Cortes,- no para derogar la Constitución sino para derrocar a los hombres y mujeres que la pervierten“




En la Argentina, lamentablemente, las administraciones a partir del mandato del malvado Alfonsín, no sólo manipularon la Constitución para sus propios fines electorales y políticos sino que han logrado desnaturalizar de tal manera el magno documento fundacional de la democracia argentina que será muy difícil salvar a la nación del desastre completo y la disolución.
Para ello, haría falta patriotismo y virtud.
Como escribió Montesquieu:


“El elemento esencial de una democracia es la virtud.
Sin virtud, no puede haber democracia verdadera“



Esta sentencia lapidaria de Montesquieu parece definitiva en el caso de la Argentina, pero aún nos queda la posibilidad electoral de 2007 y, desde ya, el desastre en que terminará este gobierno usurpador de cargos, fondos públicos y privados y derechos y libertades ciudadanas constituirá una nueva oportunidad para los ciudadanos de este país de volver al cauce democrático y republicano en concierto con las democracias del mundo.


Los Padres Fundadores de la Argentina y la Constitución de 1853


Nuestro patriota y prócer Juan Bautista Alberdi, un gigante de principios morales, estaba fuertemente influenciado por la Constitución Americana y se inspiró en ésta para escribir sus “Bases y Puntos de Partida para la Organización Política...“ cuyos borradores e ideas inspiraron a su vez a los Delegados Provinciales Constituyentes, que, bajo los auspicios de Justo José de Urquiza, llamado “El Organizador“ y también “El Washington Argentino“, se reunió en Santa Fé para redactar la Constitución Argentina de 1853, a la que finalmente adhirieron los demás patriotas como el General Mitre.
Estos eran hombres de estatura moral gigantesca, estadistas, literatos, filósofos, hombres de armas.
Jamás se le hubiera ocurrido a estos próceres liberar criminales y restringir a los ciudadanos su derecho a las armas.
Esto les hubiera parecido insano e inmoral.
Citamos a Juan Bautista Alberdi:


“El Derecho Penal Ordinario, no es el derecho de los delincuentes, sino el derecho de la sociedad con los delincuentes que la ofenden en la persona de uno de sus miembros“


Y también a Domingo Faustino Sarmiento:


“La Constitución no se ha hecho únicamente para dar libertad a los pueblos, se ha hecho también para darles seguridad“


Y otra vez Sarmiento:


“Cuando los hombres honrados se van a su casa, los pillos entran en la de Gobierno“



Vemos que tanto la revolución americana contra el poder inglés como en la revolución argentina contra el poder español, ambas colonias produjeron hombres y mujeres no sólo valientes y visionarios por el alcance de sus previsiones democráticas en la redacción de ambas constituciones sino que eran hombres y mujeres de una estatura moral gigantesca.
Nuestro primer Presidente Constitucional, Justo José de Urquiza, “El Organizador “, supo guiar con prudencia y también con firmeza a las poderosas y díscolas fuerzas embrionarias de la nación, hasta lograr no sólo la redacción del magno documento sino que también supo generar y producir legislación que con unas pocas décadas de vigencia lanzó a la Argentina al estrellato mundial, ubicándola hacia 1880 entre las primeras diez potencias mundiales.
Una de sus obras más importantes fue la colonización del país con inmigrantes de todas partes del mundo, a los que les entregaba las tierras, las herramientas y la semilla para la producción.
También el plano de la legislación penal fue pionero e innovador, y tuvo mano firme con los criminales y ni aún cuando su propio hijo cayó preso, se le pasó por la cabeza usar su influencia y poder para liberarlo.
Un hombre de principios desde el comienzo hasta su fin glorioso luchando sable y pistola en mano, contra una banda de traidores y asesinos en su propia casa.
Así, fue merecedor de la más alta distinción de sus contemporáneos y pares en el Congreso de la Nación, distinción otorgada a instancias de Velez Sarzfield, Vicente Fidel Lopez y especialmente a instancias de quienes fueran sus más encarnizados enemigos políticos: Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre.
Empecé esta nota de “Las Armas de la Libertad“ colocando en el Epígrafe una sentencia de Abraham Lincoln, unos de los más grandes Presidentes de los Estados Unidos, también asesinado por un cobarde.
Quiero terminarla con las palabras del Congreso Nacional Argentino en ocasión de la Distinción hecha por ese cuerpo a Justo José de Urquiza:

“Jamás héroe alguno hizo más grandes promesas a los pueblos y
que nunca fueron cumplidas con más lealtad.
En consecuencia, el Congreso de la Nación os difiere la gloria de Washington.
No podéis aspirar a otra“
CONGRESO NACIONAL ARGENTINO



¡Hasta pronto amigos !

¡VIVA LA PATRIA!

Las Armas de la Libertad Parte 2

Las Armas de la Libertad Parte 2


Febrero 23, 2007



Por Sergio Antonio Graziano




“Aquellos que entregan libertades esenciales para obtener una pequeña y temporaria seguridad no merecen ni libertad ni seguridad.“

Benjamín Franklin




En la Parte 1 de “Las Armas de la Libertad“, que escribí en el año 2004, citando a grandes estadistas, soldados, pensadores, filósofos y también a los libros sagrados de las distintas religiones, hemos visto que tanto el argumento racional como la convicción moral de estos grandes hombres a lo largo de los siglos es inequívoca y clara: el derecho a las armas y a la defensa propia, de familia, vecino y propiedad es un derecho natural, no adquirido, pre-existente a la organización política de las naciones, y a la creación del estado.Es un derecho otorgado por Dios nuestro Señor, y el hombre viene a esta vida ostentando y ejerciendo este derecho.
Las Constituciones, estatutos y reglamentos no lo otorgan sino que lo reconocen y jamás pueden abrogarlo, derogarlo o restringirlo, porque entonces los responsables se habrán erigido en enemigos de la libertad y de la especie humana.
Ocurre a veces, que las poblaciones adormiladas por una relativa paz, desmoralizadas por el fracaso de la democracia en sus países, usurpada por corporaciones político-empresario-periodísticas e idiotizadas por el circo televisivo y la propaganda oficial….descuidan sus derechos y obligaciones.
Escribía Winston Churchill:


“Multitudes son seducidas por la demagogia a una dependencia que se transforma en
abyecta esclavitud, que sólo es detectada cuando está inextricablemente aferrada al sistema constitucional“




Así, muchos pueblos fueron eventualmente esclavizados y dominados por un tirano o un gobernante corrupto y grandes calamidades sobrevinieron.
Por ejemplo, el pueblo ruso que cayó en manos de los comunistas en 1917 y el gran pueblo alemán sojuzgado por el nazismo de Hitler, así como Italia por el fascismo de Mussolini. Citando a Adolfo Hitler:


“Estamos liberando a los ciudadanos de las responsabilidades de la libertad, que sólo unos pocos hombres pueden soportar sobre sus hombros“



Hoy en día este mismo proceso se aprecia en Cuba, Venezuela , Bolivia y Argentina.
Tiranos ridículos, haciendo uso de fondos estatales y fondos provenientes de confiscaciones y expropiaciones, estos populistas y demagogos, van eliminando los controles republicanos, los tribunales de cuentas, y los organismos de control.
Van colocando sus partidarios en los tribunales y en el Congreso, y muchas veces estos son meros mercenarios, y finalmente terminan por desarmar al pueblo y eliminar los derechos civiles, entre ellos, la libertad de prensa y de expresión.
En la actualidad, Corea del Norte y Cuba con Fidel Castro y su tiranía de 48 años son un ejemplo.
Citamos a Patrick Henry, uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos:


“Debemos cuidar con celosa atención las libertades públicas. Debemos sospechar de cualquiera que se acerque a esa joya. Desafortunadamente, nada preservará esas libertades salvo la fuerza directa. Si en algún momento entregamos esa fuerza estaremos perdidos“

Y otra vez Patrick Henry:


“¿Es la vida tan dulce, o la paz tan deseable como para ser comprada al precio de cadenas y esclavitud ? Dios todopoderoso no lo permita“



En los casos de Italia y de Alemania, los regímenes totalitarios en esos países llevaron al mundo a la segunda guerra mundial, con cincuenta millones de muertos y luego el totalitarismo comunista soviético y chino, al intentar expandir esta ideología del terror, causaron otros trescientos millones de muertos al perseguir a sus propios ciudadanos y los de los países conquistados tras el Telón de Hierro.
Estados Unidos de Norteamérica y un puñado de países se enfrentaron a la maquinaria de la muerte hasta vencer al Imperio del Mal.
Hoy, en Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Argentina se está olvidando esta lección de la historia y el continente avanza hacia una gran guerra civil.
Escribía Franklin Delano Roosevelt:


“Aquellos que largamente han disfrutado de los privilegios que hoy nosotros disfrutamos terminan olvidando que hombres murieron para conseguirlos“


Y Winston Churchill:


“Dios se apiade de los políticos que abandonan en la mesa de las negociaciones lo que los soldados ganaron con su sangre en los campos de batalla“



Observo en la sociedad argentina, entre las clases cultas, digamos, clase media y clases aristocráticas y empresarias, muchos de ellos terratenientes y ruralistas, una actitud de incredulidad y parálisis.
Existe todavía entre las clases empresarias un optimismo basado en su esperanza de poder negociar con el régimen totalitario en ciernes y conservar sus privilegios.
BULLSHIT!
¿Alguien pudo negociar con Stalin?
Serán humillados, usados de felpudo y reducidos a nada.
La reciente Ley de Desarme Civil votada en el Congreso, basada en la Ley Nazi de Armas de Marzo 18, 1938, impulsada por Hitler, firmada por su Ministro del Interior Wilhelm Frick, y ejecutada por la GESTAPO, y en la Gun Control Act de USA de 1968, a su vez basada en la ley alemana, son indicio suficiente de lo que vendrá, si lo permitimos.
Los ciudadanos no saben como afrontar este peligro.
Han sido víctimas de la demagogia durante demasiado tiempo, y los políticos, en forma metódica y planificada, han diluído en la conciencia colectiva el orgullo de ser nacional.
Hoy en día los votantes son en un gran porcentaje paraguayos, bolivianos, peruanos y chilenos, que votarán al oficialismo prebendario y clientelista.
Existe miedo en la población argentina.
Como escribió Seneca:


“El golpe derriba a uno sólo, pero el miedo, a todos los demás“


Así, la población civil vive tras las rejas de las ventanas de sus casas y negocios, mientras que los criminales andan sueltos y los políticos se escudan en sus autos blindados y sus guardaespaldas pagados con los impuestos de la gente.
Mientras se pretende restringir el acceso de armas a los ciudadanos, muchos políticos tienen acceso a armas sofisticadas como pistolas ametralladoras GLOCK 18 y otras.
La verdad increíble es que el delito se alienta desde el Gobierno.
El análisis de las políticas oficiales y la evidencia del aumento firme y constante de la criminalidad, con 50.000 (cincuenta mil) ciudadanos muertos por los criminales en los 24 años de “democracia“ mientras los legisladores y funcionarios presentan proyectos de reforma del Codigo Penal de carácter cada vez más abolicionista penal así lo demuestra.
El objetivo es erosionar la confianza de los ciudadanos en sí mismos.
Así es más fácil dominarlos.
Como dijo Richard Henry Lee:


“Las naciones que han caído de la libertad a un estado de esclava sumisión, han sido llevadas a esa condición a pasos graduales”



Sólo hay un remedio para corregir esta situación.
Debemos recuperar la actitud moral del ciudadano, casi olvidada en un mar de preocupaciones y miedos, pero que aún vive en su corazón.
Hay que hacer la Reforma Política y eliminar la Lista Sábana.
Esa debería ser la propuesta Nº1 de las plataformas políticas de los partidos.
Y debemos derogar la recientemente votada Ley Nazi de Armas y votar una nueva ley no restrictiva y libertaria, así como debemos crear el NUEVO RENAR, integrado y presidido por ciudadanos miembros de organizaciones civiles y de derechos civiles.
No debemos ni podemos claudicar ante los avances del gobierno sobre las libertades civiles.
Escribía Churchill:


“Si un gobierno no tiene escrúpulos morales, logra aparentemente grandes ventajas y gran libertad de acción, pero el equilibrio se restablece al final del día, y se restablecerá aún más cuando todos los días de ese gobierno hayan terminado”


El Ciudadano Armado es la respuesta contra el crimen, así como la aplicación de la Doctrina de la Tolerancia Cero o de “Las Ventanas Rotas“
Como escribió el gran escritor inglés Thomas de Quincey (favorito de Borges):


“En mi propia persona anida cualquier cuota de ayuda, ya que siempre, todo hombre, en el momento de la verdad, sólo contará con sí mismo”


En efecto, no podemos contar con la policía, ni con los jueces y menos, con los funcionarios y legisladores.
Debemos contar con nosotros mismos, haciendo uso de nuestro derecho a las armas y a la autodefensa, estamos en condiciones de combatir al delito, en la mayoría de los casos sin necesidad de matar, ya que el poder disuasorio del ciudadano armado es la más poderosa fuerza en el combate a los criminales.
Y aquí citamos a los criminólogos Dres. John Lott y David Mustard, de la Universidad de Chicago, del “Journal of Legal Studies“ 1977-1992:


“Permitir que ciudadanos sin antecedentes criminales y sin historiales de violencia o de enfermedad mental significativos porten armas, combate el crimen violento y reduce sus índices”


Poseer y portar armas es no sólo nuestro derecho sino nuestro deber.
Recordemos las palabras del gran patriota norteamericano Thomas Jefferson:


“Las Constituciones de la mayoría de nuestros estados y la de los EEUU establecen que el poder es inherente a los ciudadanos, que lo ejercitarán por sí mismos, y que es su derecho y obligación estar en todo momento armados”



También el Padre de los Estados Unidos, George Washington, escribió:


“Si nos quitan las armas, nos quitan todo. Las necesitamos a cada momento”


No he leído o escuchado declaraciones de los candidatos opositores respecto al derecho a las armas. ¿Lo reconocen? ….¿O son desarmistas?
Creo que la ignorancia de nuestros políticos respecto a la historia de los derechos civiles y toda la sangre que costó ganarlos, es brutal y desmesurada.
Como dijo Henry Kissinger, con gran ironía:


“El 90 % de los políticos arruina la reputación del otro 10 %“



Pero entre ése 10 % hay buenos y honestos. Sólo que están muy callados y así, por ejemplo, no han establecido claramente si son libertarios o restriccionistas respecto al derecho natural a las armas.Tendrán que hacerlo.
Tendrán que declarar a la prensa si están a favor del derecho a las armas o en contra.
Si no defienden nuestros derechos civiles no pueden tener nuestro voto.
En Setiembre de 2003, le prometí a Charlton Heston, entonces Presidente de la Nacional Rifle Association, que jamás abandonaría en mi país la lucha por los derechos civiles y particularmente, el derecho a las armas, y a la autodefensa.
Charlton Heston creía que la erosión de los derechos civiles en cada país (como de hecho constituye la tarea y es el objetivo de desarmistas como Dario Kosovsky, de Red para el Desarme) formaba parte de una conspiración totalitaria mundial, destinada a aplastar todo atisbo de independencia y libertad en las naciones.
El Ciudadano Armado es un obstáculo para esta empresa esclavista.
Charlton Heston, me hizo prometerle que jamás abandonaría esta lucha, ya que según me manifestaba, “hay mucho que perder si no luchamos“.
Acosado por una grave enfermedad, se despidió de mí citando a Shakespeare:


“Fear not. All will yet be well“

William Shakespeare



Citado por Charlton Heston.
(Esto se puede traducir como “ No temas, Todo saldrá bien, al final“)

¡Hasta pronto, ciudadanos libres !
Pronto recibirán mi “LAS ARMAS DE LA LIBERTAD“ Parte 3

Las Armas de la Libertad Parte 1

“Las Armas de la Libertad“ Parte 1 Año 2006



por Sergio Antonio Graziano



El desarme de la sociedad civil por parte del gobierno, lejos de ser una medida para combatir a la delincuencia, sólo produciría el efecto contrario y es una elocuente expresión del intento de avance del estado sobre las libertades públicas.
Afirmaba Aristóteles:

“ El gobierno libremente elegido exalta y venera al ciudadano armado, pero las oligarquías y los tiranos desconfían de éste y tratan de quitarle las armas “


La ciudadanía, jaqueada por la pésima administración del país durante veintidós años de democracia, golpeada por una delincuencia en expansión, y ante la inacción de las autoridades, recurre a las armas como elemento disuasorio para proteger familia y propiedad en su último y sagrado reducto: la casa familiar.
La sociedad sabe que no puede esperar una decidida acción contra la delincuencia por parte de un gobierno que ha nombrado jueces abolicionistas penales en la Suprema Corte.
Incluso las leyes “de protección a la minoridad“ al carecer de una faz punitiva o al menos aleccionadora y correctora, no hacen más que darle marco jurídico a la “fábrica de delincuentes“.
En efecto, en dos años tendremos otros cien mil delincuentes recién “graduados“ a su mayoría de edad.
Así, la población, ante la claudicación moral de las autoridades ante el problema del crimen, adquiere armas para protección.
Y está bien que así sea.
Poseer y portar armas para la protección de familia y propiedad es un derecho natural preexistente a la organización política de las naciones modernas.
Incluso las religiones reconocen este derecho.
Santo Tomás de Aquino consideraba que:


“El ciudadano no comete un pecado ni castiga a un delincuente al matarlo, sino que la muerte del delincuente es responsabilidad y consecuencia de su propio accionar criminal.”


San Agustín expresó:


“Si bien la autodefensa con violencia es vista como una triste necesidad a los ojos del hombre de principios, sería aún más desafortunado que los malvados dominaran a los hombres justos“


El Papa Juan Pablo II dictaminó:


“Las víctimas de opresión y violencia tienen el derecho y diría más..... la obligación de proteger su existencia y libertad“


El Talmud judío advierte:


“Si alguien viniera a matarte levántate y mátalo primero“

Y también:


“ No te quedes quieto mientras la mujer es violada o tu vecino es atacado “



El Coran islámico es muy elocuente a este respecto también.
La posición del Judaísmo y la vieja iglesia cristiana es la de portar armas para la autodefensa y considera a ésta moralmente justificada.
En Lucas 22:38 Jesus permite a sus discípulos “ llevar espadas para defenderse en sus jornadas misioneras “


En Exodo 22:23 :


“ Si un ladrón es sorprendido entrando en la casa familiar y como resultado de la pelea el ladrón muere, no habrá culpa por su muerte “


Curiosamente, se ha propuesto como santo patrón de las armas de puño a San Gabriel Possenti, nacido en Assisi en 1838 y canonizado en 1920, por salvar a una mujer de una violación por parte de una banda (una banda de antiguos “gang bangers“) usando sus pistolas de avancarga.
La doctrina de la autodefensa fue también adoptada por los reformadores protestantes, especialmente los calvinistas.
Minorías raciales o religiosas como cristianos, judíos o musulmanes han sido perseguidos por gobiernos a lo largo de la historia y sólo la posesión de armas por parte de estos pueblos ha evitado su total aniquilación.
El “control de armas“ por parte de los gobiernos ha servido como medida previa a la sistemática aniquilación de minorías como en el holocausto judío por parte de los nazis.La organización “Judíos para la preservación del derecho a poseer armas“ (JPFO) ha demostrado en sus publicaciones “Leyes letales“ y “Control de Armas: Puerta hacia la tiranía“ que la Ley de Control de Armas que se quiso aplicar en los EEUU estaba basada en la Ley Nazi Antiarmas de Marzo 18 de 1938, que sirvió para desarmar al pueblo alemán y destruír así toda oposición a Hitler.
Las leyes Antiarmas han sido la causa de al menos seis grandes genocidios desde 1915, con 56 millones de muertos.
A saber:


Gobierno Fecha Objetivo Muertos Fecha de la Documento Fuente
perpetrador Ley Antiarmas

Imperio Otomano 1915-1917 Armenios 2 Millones 1866 Art.166 Codigo penal
Art. 166 Codigo penal

Unión Soviética 1929-1953 Anti 20 M 1929 Art. 182 Codigo penal
Comunistas

Alemania Nazi 1933-1945 Judíos 13 M 1928 Ley Antiarmas Abril 12
y Europa ocupada Gitanos
Antinazis 1938 Ley Armas Marzo 18

China 1948-1952 Anticomunistas 1935 Art. 186/ 187 Codigo penal
20 M 1966-1976 Grupo pro –reforma

Guatemala 1960-1981 Indios 0,1 M 1871 Decreto 36, Nov. 25
Mayas 1964 Decreto 283 Oct 27

Uganda 1971-1979 Cristianos 0,3 M 1955 Ordenanza de armas
y Antis 1970 Acta Antiarmas

Camboya 1975-1979 Personas 1 M 1956 Art. 322/328 Codigo Penal
Educadas


Asimismo, tiranos como Fidel Castro han sobrevivido en el poder 46 años siendo uno de sus primeros actos de gobierno el desarme del pueblo.
Veremos que los argumentos esgrimidos por filósofos y estadistas a favor del ciudadano armado son abrumadores.
Cessare Beccaria, fundador de la moderna criminología en el siglo XVIII afirmaba :


“Cuando se prohíben las armas a los ciudadanos dentro de la ley, sólo aquellos fuera de la ley tendrán armas“


Montesquieu consideraba fundamental el derecho del ciudadano a “matar en caso de defensa natural porque esa es la primera ley de la naturaleza“


Hobbes sostenía que:

“un reglamento que me prohíbe defenderme violentamente de un ataque violento está viciado de nulidad“


John Locke afirmaba:


“El ciudadano posee el derecho natural de resistencia con violencia y a auto preservarse, cuando las leyes del estado son insuficientes o inadecuadas para combatir la violencia y la opresión “


Los padres fundadores de los Estados Unidos de Norteamérica sobre cuya Constitución está basada la Constitución Argentina de 1853, fueron muy claros respecto al derecho natural a poseer armas.
Ellos creían que las instituciones republicanas sólo durarían mientras los ciudadanos tuvieran la fuerza moral y la virtud necesaria junto con los medios para preservarlas, y tanto el símbolo como la razón de esa fuerza moral es la ciudadanía armada.
Los ciudadanos deben estar siempre vigilantes de sus derechos y dispuestos a dar la vida por la defensa de propiedad, familia, y un estado democrático y libre.
George Washington, el padre de los Estados Unidos, escribió:


“Las armas en poder de ciudadanos son lo más importante luego de la Constitución. Representan la libertad y la independencia de la gente.
Para asegurar la paz, seguridad y felicidad del pueblo, tanto el rifle como la pistola son indispensables, y la mera atmósfera de un pueblo armado rechaza la interferencia del mal, y así las armas merecen un lugar de honor junto a todo lo que es bueno.“



Alexander Hamilton sostenía:


“Cuando los funcionarios transforman el gobierno en una tiranía, usurpan la libertad y traicionan a sus ciudadanos, entonces no queda para el ciudadano otro recurso que el derecho natural a la autodefensa con sus armas “


El patriota Thomas Paine declaraba :


“La supuesta inacción de los hombres buenos incita e instiga a los rufianes, mientras que el ciudadano armado, así como las leyes, desmoralizan a los delincuentes y preservan el orden así como la propiedad.
Horribles consecuencias tendrá el desarme de los ciudadanos ya que los débiles se transformarán en presa de los fuertes“



Elbridge Gerry, y James Madison, declararon:


“La ciudadanía armada constituye un obstáculo o barrera ante cualquier empresa de ambición por los usurpadores y abusadores del poder.”



Thomas Jefferson afirmaba:


“El uso de armas fortalece el carácter de los jóvenes y les da un sentido del honor y la responsabilidad“


Aconsejaba a su sobrino de quince años:


“Que tu rifle sea tu compañero en tu camino “



Vemos que estos grandes hombres coinciden en que toda persona de principios tiene la obligación de defenderse y a su familia del ataque de criminales.
Si los legisladores votaran una ley que lo prohibiera, ésta sería una ley inmoral y viciada de nulidad, toda vez que negaría un derecho natural y por lo tanto el ciudadano tendría la obligación de desobedecer esa ley.
Desde la cárcel, el campeón de los derechos civiles Martin Luther King, decretó:


“ Una ley injusta genera una obligación moral de desobedecerla por parte de los ciudadanos “



Creemos que el gobierno debería castigar el abuso de un derecho y no ejercer limitaciones a la vigencia y uso de ese derecho.
En los Estados Unidos la evidencia está llevando a los legisladores a adoptar leyes cada vez más a favor de una ciudadanía armada.
Los permisos de portación de armas no a la vista, (CCL) aprobados en la mayoría de los estados americanos confirman el hecho de que los ciudadanos armados disuaden y reducen el delito.
Aquellos distritos y ciudades donde las leyes son más favorables a la posesión de armas demuestran los menores indicadores de delito, como por ejemplo el estado de Vermont, y el caso elocuente de la ciudad de Kenesseau, Georgia, donde una ordenanza que establece la obligatoriedad de usar armas como preventivo del delito en las casas han casi eliminado el delito en la ciudad.
En cambio, los lugares donde las armas están prohibidas totalmente para los ciudadanos los índices de delito son los más altos.
El ejemplo es Washington D. C. , “la capital del crimen“
Un típico argumento en contra del ciudadano armado legalmente es el de aquellos hechos desgraciados donde un desequilibrado comete un asesinato o el de los suicidios o el de los accidentes.
Nuestra respuesta es que, aún cuando se confiscaran las armas y se prohibieran, un desequilibrado siempre hallará la forma de matar y el suicida siempre encontrará un medio para quitarse la vida.
Los accidentes pueden disminuirse mucho con el entrenamiento y la instrucción profesional desde corta edad en el manejo de armas.
La acusación contra las armas referida a que constituyen un problema de salud pública me llama a contrarestarla con el siguiente y conocido argumento:


“Los médicos causan la muerte de muchas personas por mala praxis, pero los médicos también salvan muchas más vidas que las muertes que pueden causar con esos errores“


Asimismo, si vamos a ser estrictos en eliminar las causas de muertes o violencia tendríamos que prohibir los automóviles , que son instrumento de muchas más muertes que las armas, y siguiendo con esta práctica de culpar al objeto mecánico o al instrumento por la muerte causada mediante su uso o abuso, tendríamos que prohibir totalmente el tabaco.
El casi millón de Legítimos Usuarios de Armas en Argentina, no cometemos delitos con ellas.
Esto está demostrado por las estadísticas criminales.
Por el contrario, el número de delitos frustrados por el efecto disuasor de las armas en poder de ciudadanos honrados es enorme, muy superior a cualquier acción policial.
Hay lugares en que nada impediría a los criminales entrar en las casas de los ciudadanos si a éstos les fueran quitados lo medios para defenderse.
Asimismo, vemos con preocupación que un gran número de jueces castiga arbitrariamente a ciudadanos que han sido forzados a defenderse, y los abogados persiguen con afán de lucro al ciudadano que ha usado su arma para defender familia o propiedad, hiriendo o matando a un delincuente.
Es tiempo de terminar con esto.
Es momento de devolver la soberanía y los derechos al ciudadano.
Debemos aprender a votar a aquellos funcionarios que trabajan para nosotros y no para la corporación política.
Es menester eliminar la lista sábana y que cada candidato explique cuál es su posición respecto de cada tema antes de las votaciones.
De una vez por todas debemos eliminar en las urnas a los mediocres y a los deshonestos.
Queremos funcionarios que trabajen para los ciudadanos y no para los delincuentes.
Basta de abolicionismo penal.
Apliquemos la doctrina de la “Tolerancia Cero“o de las “Ventanas Rotas“, que eliminan el delito de las calles con ciencia, tecnología, estrategia y táctica, casi sin violencia y obliguemos a trabajar a los delincuentes en las cárceles, pagándoles un módico sueldo que podrán enviar a sus familias o colocar en una caja de ahorro que por ley debería ser inmune a nuevos “corralitos“.
Exhorto a los ciudadanos y candidatos a organizarnos.
También exhorto al Director Nacional de Política Criminal a renunciar a su cargo inmediatamente, ya que su propuesta para combatir el delito es desarmar a los ciudadanos honestos y además considera que:

“un mayor número de delincuentes presos no baja los índices de delito“ ,

de lo cual se sigue que el Director General de Política Criminal piensa que lo que baja el delito es un mayor número de delincuentes sueltos en la calle ...
Ahora, esto último sí que debe hacer reír a los criminales..¿no lo cree el lector?

I´ll be back!