jueves, 26 de marzo de 2009

Las Armas de la Libertad Parte 6 Diciembre 2008

Las Armas de la Libertad Parte 4


Diciembre 2008


por Sergio Antonio Graziano




“Jamás debemos olvidar que el gobierno somos nosotros y no un poder extraño sobre nosotros.
Los verdaderos y definitivos controladores de nuestra democracia no son ni el Presidente, ni los senadores ni los congresales ni los funcionarios del gobierno, sino los votantes de este país”


Franklin Delano Roosevelt




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Advertencia a los políticos y funcionarios:


La noción de que el Estado tiene el Monopolio de la Seguridad Publica es una falacia.
El Estado y sus funcionarios solo tienen el Monopolio de la Responsabilidad por la Seguridad Pública y para ello el Estado cuenta con los medios necesarios adquiridos con los recursos que le provee a tal efecto el contribuyente.
El Ciudadano, en tanto que ser humano e individuo, tiene el Supremo Derecho Natural a la defensa propia, de familia, vecino y propiedad y tiene la Responsabilidad por el bienestar y seguridad propia y de otras personas cuando el Estado está ausente.
No olviden esto, Señores funcionarios, legisladores, jueces y fiscales.
Ustedes tienen el Monopolio de la Responsabilidad por la Seguridad Pública.
Y la población lo está comprendiendo.



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Como siempre, debemos recurrir a los grandes hombres de la historia, para que nos asistan en nuestro pensamiento.
Es más fácil, cuando se camina en compañía de un gran maestro, enfrentar cualquier peligro y situación, cualquier duda o incertidumbre.
El maestro puede disimularse tras las señas de un hombre común y así, podemos confundirlo con un hombre común…o incluso cometer el error de subestimarlo, pero cuando expresa su pensamiento o una situación lo obliga a actuar, entonces vemos su calibre y su sabiduría y luego de infundirnos respeto y humildad nos contagia su paz y su serenidad, su aplomo y su valor.
Por eso, yo cito a grandes hombres, para que su grandeza me llene de inspiración y me ayude a realizar mi misión.
Cuando leo, debo leer con una libreta y un lapiz, para anotar las grandes frases y pensamientos del autor, que luego citaré en mis escritos.
Como escribió Michel de Montaigne:


“Cito a otros solo para expresarme mejor”



Pero volviendo a nuestra misión, que es en primer lugar la difusión del pensamiento libertario que habrá de salvar a la Argentina y a su ciudadanía y en segundo lugar la arenga a los ciudadanos libres para retomar el papel central que nos legaran nuestros propios Padres Fundadores y los valientes ciudadanos de entonces, quienes tras pelear junto al ejército criollo para derrotar dos veces al ejército inglés, uno de los mejores de Europa, en 1806 y 1807; ya formado el ejército San Martiniano, derrotaron al ejército español, a escuadras anglo francesas y luego a ejércitos portugueses, brasileños, paraguayos y a la subversión marxista en el siglo XX, en este último caso, en una guerra sucia con episodios sin honor, contra un enemigo sin uniforme que atacaba a traición a blancos civiles (no combatientes) y a blancos militares y policiales.
Este legado de gloria de las Fuerzas Armadas Argentinas forma parte de la tradición argentina y nadie ni nada podrá destruírla ni olvidarla.
Pero debemos recuperar el sentido patriótico y épico en nuestra vida.
Nos quieren arrebatar el coraje.
Nos quieren arrebatar el honor.
Nos quieren arrebatar la nacionalidad.
Nos quieren arrebatar la fe.
¡No saben que clase de avispero han molestado!
¡No saben que clase de sentimiento han revivido en la ciudadanía libre y en las clases medias que tanto odian!
Escribió Franklin D. Roosevelt:


“La unica garantía de la continuidad de la libertad es un gobierno lo suficientemente fuerte para proteger los intereses de los ciudadanos y una ciudadanía lo suficientemente fuerte y bien informada como para mantener el soberano control sobre el gobierno”



Así como fue ayer es hoy y, como escribió el gran Elmer Keith:


“La ciudadanía debe reaprender hoy lo que la anterior generación ha olvidado”


En efecto, a pesar de todo el sufrimiento, toda la muerte, todo el atraso que causaron los esclavistas en el pasado con sus doctrinas infames, ahora ante el fracaso de los gobiernos de la “democracia de lista sábana” por mala administración, irresponsabilidad, deshonestidad y por la influencia en los actos de gobierno y en la promulgación de legislación de todos los vicios que anidan en los más bajos de los seres humanos, ellos, los esclavistas, han abierto una brecha por donde hacer penetrar la efluvia y vuelven a la carga, engañando, desinformando, mintiendo, robando, sembrando el odio y volviendo a generar el conflicto, el eterno conflicto entre el bien y el mal.
Así, la efluvia atraviesa las esferas de luz y de armonía y esa sustancia invade toda la realidad, nuestra realidad en esta dimensión humana, promoviendo el odio, el rencor, la preponderancia de los bajos instintos y la mentira.
Es nuestra función como ciudadanos libres restituír el equilibrio, derrotar a las fuerzas de la oscuridad y esta vez establecer la guardia pretoriana de la verdad, una guardia invencible de educación ciudadana en moral, política y civismo.
Nuestros jóvenes lo merecen.
Debemos pelear nosotros para evitarles a ellos esa misión.
Debemos recuperar el gobierno de manos de la corporación política esclavista y reconstruír la economía, los contratos, la seguridad jurídica y la verdad, la cual debemos enseñar en las escuelas.
Debemos echar a correr el brioso corcel de la iniciativa privada y la pequeña y mediana empresa, en libre competencia y sin retenciones ni impuestos distorsivos.
Escribió Franklin D. Roosevelt:


“La verdadera libertad individual no puede existir sin seguridad económica e independencia.
Los ciudadanos que tienen hambre y no tienen trabajo son la materia con la que se construyen dictaduras”




Para reforzar este concepto con otra voz libertaria, recurrimos a uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, un conjunto de hombres que constituyó la más poderosa fuerza moral de la historia humana.
Uno no puede dejar de pensar que ante esta poderosa fuerza conductora, y la indómita fiereza y amor a la libertad de los colonos americanos, tanto hombres como mujeres, el ejército inglés no tenía ninguna oportunidad de sojuzgar a ese pueblo.
Escribía George Mason, que vivió de 1725 a 1792:


“En todas nuestras asociaciones; en todos nuestros acuerdos nunca debemos perder de vista esta máxima fundamental: que todo poder fue originalmente encarnado en los ciudadanos y consecuentemente es derivado de ellos”



¿Como no emocionarse ante esta grandeza moral?
¿Cómo no avergonzarse ante la mediocridad de nuestros políticos?
¿Cómo hemos permitido que los partidos políticos se nutrieran con los peores individuos, los más ambiciosos e irresponsables, aquellos que buscan su beneficio, engrandecimiento y enriquecimiento personal por sobre el interés de la sociedad, presentando los peores Proyectos de ley para su promulgación, proyectos contaminados de prejuicio, ideología estatista, marxista, restriccionista de nuestros derechos, aniquiladora de las iniciativas e inventiva privadas, destructores de la seguridad jurídica y la credibilidad, viciados de la más completa nulidad, por ser en muchos casos anti-naturales?
Nosotros tenemos la culpa.
Los ciudadanos libres de la Argentina.
Pero aún hay más, antes de concluír esta nota.
¿No les decía yo que este manantial de pensamiento libertario es inagotable?
Ahora citaremos a uno de los primeros presidentes americanos.
Escribía el Presidente James Monroe, que vivió entre 1758 y 1831:


“Es solamente cuando la gente se vuelve ignorante y corrupta, cuando degeneran en un populace, que son incapaces de ejercer su soberanía”



Para concluír esta Parte 6 de “Las Armas de la Libertad” me gustaría citar a George Orwell, una vez más.
Esta cita tiene que ver con la necesidad perentoria que tenemos los ciudadanos libres de la Argentina de rescatar al país.
Esto debe ser como un renacimiento moral.
Pero primero debemos recuperar la verdad.
Los esfuerzos de los esclavistas han desmoralizado a la población y han tratado de instalar una nueva versión de la realidad y de la historia.
Una versión falsa.
Jamás podrán tener éxito.
Jamás podría nadie.
Como castigo divino, el Bicentenario de la Republica Argentina encontrará a los esclavistas sumidos en el descrédito, hundidos en el fango maloliente de sus actos, expuestos ante el pueblo en toda su dimensión apátrida y artera, por invocar ídolos y doctrinas condenados al escarnio universal, por pretender imponer la mentira allí donde hay hambre de verdad.
Citando a Orwell:


“Nos hemos hundido hasta un punto en el cual el restablecimiento de lo obvio es el primer deber de los hombres inteligentes”



Ciudadanos libres de la Republica Argentina:
¡Hasta la derrota total de las fuerzas esclavistas!
Amen.

I´ll be back!

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